Unos cuantos metros nos separan, llevo una mezcla de lúpulo, cebada y levadura en la sangre y el sonar de los tambores en las caderas. Llevo la llama de la pasión cansada de ser reprimida, deseo que se desparrame; desparramémonos.
Olvidemos las penas, de eso no se vive, arriesguémonos más lamentémonos menos. La voluntad es la única barrera que tenemos y la mía está de fiesta. Tengo la chispa de la melodía recorriendo mis venas, tengo la chispa de la lujuria bailando al compás de esta canción.
Embriaguémonos de sexo con una dosis de picardía y un shot de carezza. Las canicas de tus ojos brillan con el zenon que deja en evidencia los cambios de luces de este juego de miradas, apostemos por la diversión de ésta noche.
Foto by: Kei Meguro
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