Escuchando ésta canción me dio la garroterra y empezé a escribir, ya saben lo espontánea que suelo llegar a ser y además, esta noche como que andan de humor la creatividad y la inspiración; hay que aprovecharlas.
Él empieza a usar el juego de la seducción a su favor y le tortura el cuello a pequeños besos, a pequeños intervalos de muerte súbita para sus poros. Ella intenta ignorar aquello que él está tratando de hacer, pero aunque desea no puede disimularlo y su piel da las primeras señales de desobediencia.
El chico de las mil virtudes no se limita a su cuello, empieza a trazar a tientas caminos por su espalda desconociendo el volcán que a su paso va despertando. Ella deseando terminar su labor frente al computador esa tarea se le va volviendo inutil, concentrándose en aquel momento.
Él insiste, y a puros besos la desconcentró, logra su objetivo. Ella le devuelve los besos con igual intensidad con igual fervor que la manzana prohibida del edén y juntos deciden embriagarse en una melodía de lujuria.
Hola María!! Me emociona escucharte decirte decir eso!!
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Ya tenía ganas de leerte. Eres un volcán de imaginación. Un saludo
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