El otro día , después de una comida muy agradable con gente muy bonita, a orillas de un volcán, un hombre, joven, guapo, inmerso en el mundo » espiritual», quiso hacerse el gracioso con un chiste sin ninguna gracia.
Yo , en luna roja, estaba delante.
La frase fue esta
» Me imagino a esa mujer sin bragas paseando en bicicleta y un hombre preguntándose » chacho! y ese olor a pescao?»
A lo que siguieron unas risas forzadas complices de cualquiera que quiere hacer una gracia , diga lo que diga. Así de estúpid@s somos a veces los hombres y las mujeres. Tenemos tanto miedo a no ser aceptad@s por la manada que vivimos en contra de nuestros deseos , de nuestras ideas, diciendo sí cuando queremos decir no, riendo sin ganas, asintiendo con la cabeza mientras l@s otr@s hablan, sólo por no ser echados del grupo.
Por no…
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